Perspectivas sobre la transición energética de los países Latinoamericanos y el Caribe en el contexto del COVID-19
De acuerdo con las opiniones de Carina Guzowski, Profesora de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca Argentina) y María Florencia Zabaloy del Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur (UNS), en la última década la mayoría de los países de la región latinoamericana han puesto en funcionamiento políticas públicas con el objetivo de alcanzar el autoabastecimiento energético y, al mismo tiempo permitir una transición energética justa a fin de lograr seguridad de abastecimiento y equidad en el acceso energético con el objetivo de dejar de depender paulatinamente de fuentes energéticas primarias como el petróleo o el gas natural, que impactan sobre el crecimiento económico de nuestros países.
Al mismo tiempo, las políticas de promoción de energías renovables fueron impulsadas por el objetivo de mitigar los efectos del cambio climático. Esto adquiere especial relevancia desde al año 2015, en el cual diversos países de la región firmaron el Acuerdo de Paris en la 21ª. Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) para lograr el objetivo global de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los 2°C.
Sin embargo, tal cual lo plantea la CEPAL (2020) la actual pandemia del COVID-19 encuentra a América Latina y el Caribe en un momento de debilidad de su economía y de vulnerabilidad macroeconómica. Según la CEPAL esta pandemia será la causa de la mayor crisis económica y social de la región en décadas, con efectos negativos en el empleo, el combate a la pobreza y la reducción de la desigualdad e impactará a las economías de la región, estimando los mayores impactos en los países de América del Sur, que se especializan en la exportación de bienes primarios y, por lo tanto, son más vulnerables a la disminución de sus precios.
Para enfrentar tal panorama del sector energético debe prepararse ya que la actual crisis lo encuentra en una etapa de transformación impulsada por los desafíos del cambio climático y la innovación tecnológica, con este contexto internacional, las interrogantes son: ¿Cómo enfrentarán las empresas energéticas este panorama de recesión macroeconómica? ¿Qué ocurrirá con la política de renovables en América Latina y el Caribe? ¿Qué pasará con las políticas de eficiencia energética y de promoción de los recursos no convencionales de petróleo y gas de América del Sur? ¿Se ralentizará las políticas de apoyo? ¿Se verificará un nuevo rol del Estado en el nuevo contexto internacional? ¿Quiénes financiarán los nuevos proyectos “verdes”?
