En Tanzania, donde solo el 11% de las viviendas rurales tienen acceso a la electricidad, los digestores de biogás que convierten el estiércol en una fuente continua de energía renovable tienen un gran potencial para cerrar la brecha energética.
El sector de los lácteos de Tanzania se basa en sistemas agro-silvo pastoriles tradicionales, que consisten mayoritariamente en el pastoreo en tierras comunales; de los 2,5 mil millones de litros de leche producidos en dicho país cada año, sólo el 12% de los se venden a través de pequeños comerciantes de leche y centros de acopio colectivo. No obstante, cerca del 90% de los hogares rurales no tienen electricidad; por ello, cuando los productores de leche tienen problemas para entregar su producto en la noche, la leche cruda generalmente se deja sin refrigerar durante toda la noche. Como consecuencia, entre el 30% y el 40% de la leche se pierde debido a la falta de acceso a los mercados, las malas prácticas de manejo de la leche y la falta de energía moderna para enfriar y conservar el producto.
“A menudo, la leche de la noche, que puede ser más de 1/3 de la leche total producida durante el día, se echa a perder debido a la falta de instalaciones de refrigeración”, explica Alessandro Flammini, Oficial de Recursos Naturales de la FAO.
Es por ello que, a través del proyecto Invertir en tecnologías de energía sostenible en el sector agroalimentario (INVESTA), de la FAO, se está trabajando estrechamente con la Junta de Productos Lácteos de Tanzania para promover el uso de sistemas de enfriamiento de leche alimentados por digestores de biogás.
Los digestores de biogás son tanques grandes en los que este energético se produce a través de la descomposición de la materia orgánica, como el estiércol, mediante el proceso de digestión anaeróbica. Se llaman digestores porque las bacterias comen y digieren el material orgánico para producir biogás. Como subproducto importante, los digestores dejan nitrógeno y otros minerales como el fósforo y el potasio, que pueden esparcirse sobre los cultivos, reduciendo la necesidad de fertilizantes industriales.
La combustión de biogás se utiliza para generar la energía para el enfriador de leche. Esta energía se almacena en un innovador sistema de almacenamiento compacto durante el día y carga el sistema para un ciclo de enfriamiento de la leche. Con esta tecnología, se pueden enfriar dos latas de leche de hasta 5 litros cada una.
Los tres grandes beneficios de los digestores para los productores de leche son: 1) obtención de gas para cocinar y enfriar; 2) obtención de fertilizante natural para la tierra; y 3) ingresos adicionales por la venta de leche.
Con una demanda de leche y productos lácteos estimada en más del doble para los siguientes años, y considerando el alto porcentaje de hogares rurales que viven sin electricidad, los digestores de biogás pueden proporcionar una solución de energía limpia y efectiva para las familias en Tanzania.
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