Bioenergía: el patito feo de la transición energética en México
Desde la agencia de noticias IPS, se revisa la situación de los biocombustibles sólidos en México, siendo un país con 130 millones de habitantes, de los cuales, unos 19 millones utilizan combustibles sólidos para cocinar, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El principal material consumido por el 79 por ciento de esos hogares es el GLP, seguidos por la leña y carbón (11 por ciento) y el gas natural (7 por ciento)
“En Oaxaca, el gas y la leña representan cada uno 49 por ciento del consumo familiar, mientras que el resto recae en otros combustibles”, se señala en la nota.
Resaltan que “la biomasa es una energía renovable muy desaprovechada en los ámbitos agropecuario, de residuos urbanos e industrial”, y destacan que si el país desarrollara la cadena de valor del sector equivaldría a 5 o 6 puntos del producto interno bruto (PIB), con beneficios energéticos, económicos, laborales, sanitarios y climáticos.
De igual forma, se destaca que el manejo de bosques y selvas, los residuos agroindustriales, las plantaciones forestales, la caña de azúcar y los desechos agrícolas ofrecen el mayor potencial de biomasa.
En términos económicos, se señala que la sustitución de carburantes fósiles por bioenergía y biocombustibles sólidos equivaldría a un ahorro de unos 6,700 millones de dólares anuales, además de prerrogativas sociales y ambientales.
